Darryl «Cornbread» McCray, se hizo famoso al firmar las paredes de toda la ciudad con su apodo de Cornbread a mediados de los 60 y crear, sin saberlo, el inicio del writing o tagging, donde su nombre se apoderó de todo el espacio público. Hoy os presentamos a os presentamos a CornBread: el primer escritor de graffiti.
Los pandilleros escribían en las paredes para identificar su territorio. CornBread escribía su nombre en las paredes con el único propósito de establecer una reputación.
Infancia y creación de su tag.
McCray nació en Filadelfia en 1953 y se crió en Brewerytown, un vecindario del norte de la ciudad, bajo los cuidados de su madre y sus abuelos. Su infancia, como tantas otras en esa época en Estados Unidos, fue problemática, tanto que con 12 años, McCray fue enviado a un centro penitenciario juvenil llamado Youth Development Center (YDC).
Fue en ese lugar, el YDC de Filadelfia donde comenzó su leyenda y apareció su firma por primera vez.
El nombre de Cornbread viene de la referencia al pan de maíz que hacía su abuela y que había dejado de comer al llegar a la prisión. Así, como lo echaba de menos, comenzó a pedirle pan de maíz, día tras día, al jefe de cocina, el Sr Swanson, el cual no le hacía caso y le seguía sirviendo pan blanco de trigo nada apetecible.
Hasta que un día el Sr. Swanson se cansó, lo echó de la cocina y le dijo a todos los presentes: “Keep this Cornbread out my kitchen!” («¡Mantén este pan de maíz fuera de mi cocina!»)
Desde ese momento, todos empezaron a llamarlo así: Cornbread, sin embargo, tener un apodo, que podría ser un problema para un adolescente, él lo considero algo atractivo, así que volvió a su cuarto, cogió un rotulador y se puso Cornbread en la parte de atrás de su camisa.
Sin embargo, lo que le generó la expansión de su nombre fue su buena relación con las pandillas que estaban en el centro juvenil, que ya estaban escribiendo los nombres de los grupos en las paredes del centro para marcar territorio. CornBread consiguió su respeto e incluir su nombre junto a ellos.
¿Cómo lo consiguió? Sencillo, él era el que les escribía las cartas de amor a los pandilleros para que se las enviaran a sus novias y lo hacía inspirado en los libros de poesía que le enviaba su hermana.
Cornbread inicia, sin saberlo, el writting graffiti.
Era 1965 y comenzó el writting graffiti, el graffiti de autor, empezando a escribir su firma, una y otra vez. Tanto fue así que llenó el centro juvenil con su nombre, lo puso en todas partes: el baño, la capilla, la cafetería, el gimnasio, la comisaría, la administración, la enfermería o el gimnasio.
Su único objetivo era que su tag estuviera en cuántos más lugares posibles.
Este hecho le provocó, obviamente problemas con la dirección del centro que le exigió que borrara todas sus firmas, sin embargo él se negó. Había descubierto un mundo de oportunidades, que comenzaría a expandir más aún cuando volvió a casa en 1967.
Poco tiempos después cambió del rotulador a la pintura en aerosol, al spray. Sus primeros pasos con el bote llegaron cuando se enamoró de Cynthia Custuss, una de sus compañeras de clase del octavo grado del Strawberry Mansion Junior High.
Cornbread Loves Cynthia
Se ganó con éxito ser correspondido al escribir «Cornbread Loves Cynthia» en todas las pizarras de clase y a lo largo de la ruta que tomarían en su camino a casa. Además, en todas las rutas de autobús se podría leer: Cornbread.
Sin saberlo estaba practicando el denominado “getting up”, que no era otra cosa que hacerse ver en la ciudad mediante la escritura del nombre.
Era el único en ese momento y rápidamente expandió su influencia y su nombre más allá del norte de Filadelfia. Su firma pronto llegaría al metro, taxis, trenes de carga, camiones de correo y vehículos policiales.
Cornbread, Cool Earl y otros escritores.
Poco tiempo después se le unieron nuevos escritores como Cool Earl, TITY Peace Sign, Kool Klepto Kidd, Dr. Cool No. 1, Chewy, Bobby Cool o Cold Duck.
En esos momentos no importaba la calidad de las firmas, porque todavía no había demasiado estilo ni referencias de otros. Lo que contaba era cuantas veces y en cuántos lugares podías escribir tu nombre. Lo que luego se denominó bombardear la ciudad.
Su firma de CornBread fue de las primeras en incluir la corona, para proclamarse rey de la zona y luego llegarían las flechas o la disposición de palabras en dos líneas que aparecían una y otra vez en las firmas de los escritores de Filaldefia.
Leyendas e historias.
En estos años fueron muchas las anécdotas o leyendas sobre Cornbread, como que pintó su firma en el ala del avión de los Jackson Five, cuando estos firmaban autógrafos en el Aeropuerto Internacional de Filadelfia y nadie reparaba en el jet privado que lo llevaba.
Una de sus grandes historias llegó en 1971, cuando Cornelius Hosey fue asesinado a tiros en una guerra de pandillas, y los periódicos de Filadelfia lo identificaron erróneamente como Cornbread, por el Corn del nombre, titulando “CORNBREAD está muerto”.
Este hecho le enfadó bastante y decidió responder con una actuación de película: al irse al zoo de la ciudad y comenzar a escribir “Cornbread vive /Cornbread lives” en las casetas de entradas y en las jaulas de monos y leones, incluso en los dos costados de un elefante con un spray rojo brillante, hecho por el que fue detenido y llevado a prisión.
Y con cierto paralelismo a lo que pasaría con la firma de Muelle en España, los policías le pedían autógrafos al saber que era el mítico Cornbread el que estaba allí.
La historia de CornBread en vídeo.
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Cornbread abandona el graffiti.
El movimiento del graffiti se iba trasladando a Nueva York, donde llegaría su expansión global, pese a que el periódico New York Times había descrito a Filadelfia como «La capital mundial del graffiti» en ese momento, pero la trascendencia de Taki 183 y el Graffiti en los trenes y metros rompería todas las barreras.
Pocos meses después, en julio de 1971 diferentes escritores locales entre ellos CORNBREAD o COOL EARL abandonaron el graffiti y lo publicitaron en un acto cubierto por el periódico “The Philadelphia Inquirer”, donde los escritores explicaron parte de sus motivaciones, llegando a exponer su identidad.
Tras esto, Cornbread se traslada a Los Ángeles y luego a Nueva York para cumplir uno de sus sueños y convertirse en actor, algo que no consiguió, regresando a su ciudad natal, Filadelfia, donde ayudó a su ciudad a combatir el graffiti que había invadido todo, diferente a lo que él empezó 20 años atrás.
Anti-Graffiti Network y Mural Arts Program.
Era 1984 y el alcalde Wilson Goode fundó la Anti-Graffiti Network reclutándolo para que lo ayudara a que los jóvenes del centro de la ciudad dejaran de escribir. Comentando el propio McCray: ““La ciudad de Filadelfia estaba tan desordenada que parecía otro mundo. Tuvimos que limpiar nuestra casa”
La Anti-Graffiti Network finalmente se convirtió en The Mural Arts Program, el programa de arte público más grande de los Estados Unidos.
McCray tuvo problemas con las drogas, llegando a estar en la cárcel varias veces y se puede decir que estuvo buscándose la vida en los años siguientes, hasta que le llegó la oportunidad de darle la vuelta a todo en 2007 cuando coincidió con Raphael Paris, músico local de funk y blues que idolatraba a Cornbread cuando era niño y que se encargó de hacer la narración y la banda sonora de la película: Cry of the City Part 1: The Legend of Cornbread.
Asimismo, Cornbread apareció en la película Bomb It, donde se habla de la historia del graffiti y nuestro protagonista aparece enseñando la primera pared donde escribió su nombre en las calles.
Esto le permitió rehabilitarse y convertirse en activista social y conferenciante, dando charlas motivacionales sobre su juventud como escritor de graffiti, sus problemas con la ley y sus luchas con las drogas.
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