Hablar de sprays de graffiti, es hablar de presión en el bote, de boquillas, de resistencia, de colores, de trazos, de capacidad de cubrir, y, por supuesto, de graffiti y marcas míticas.
Aquí os traemos la apasionante historia de la creación del spray de pintura y cómo nació desde un bote de insecticida hasta convertirse en un bote específico para el graffiti.
El primer aerosol y patentes.
Nos remontamos al año 1790 con la aparición del primer aerosol en bebidas carbonatadas a presión en Francia.
Sería en 1899 cuando encontramos el primer gran salto técnico, con la patente de Helbling & Pertsh sobre los aerosoles presurizados utilizando un propelente añadido como el cloruro de etilo.
Es en 1927 cuando llega el segundo gran avance, con la patente de una lata de aerosol con válvula por parte del noruego “Erik Rotheim”.
Sin embargo, esta boquilla tendía a obstruirse, por lo que se siguió desarrollando fórmulas que lo mejoraran, encontrando en la II Guerra Mundial un uso masivo que propulsó, nunca mejor dicho, su avance definitivo.
El spray se usó como insecticida en el ejército estadounidense para combatir la malaria, desarrollando el departamento de Agricultura un pequeño aerosol presurizado por Gas líquido. Se le llamó “La Bomba contra insectos”.
Ya en 1947, Robert Abplanalp consiguió el siguiente avance, la válvula que se engarzaba al envase, patentándola con el nombre “crimp-on-valve”, que permitía mantener la presión interior y hacer varios usos.
La primera lata de pintura.
Con el spray creado y la primera boquilla, en 1949 aparece la primera lata de spray de pintura. Los creadores fueron Edward Seymour y su mujer Bonnie, la promotora de llenar los botes con pintura, creando, sin saberlo, la herramienta perfecta para el futuro graffiti que aparecería 15 años después.
Edward fundó la empresa “Seymour of Sycamore” en Chicago, que todavía está funcionando, aunque dedicada a pinturas industriales.
Tras la creación del bote de pintura, comenzaron a aparecer empresas de sprays de pintura dedicadas a coches, protección y decoración. Esto no impidió que en el inicio del graffiti de firma y el graffiti en trenes estos sprays se convirtieran en el complemento ideal para cubrir todas las superficies rápidamente, pese a que no estaban diseñados para ello.
Sprays de graffiti.
Esto lo vemos reflejado en los libros de la época, como Subway Art de Cooper y Chalfant, donde aparecen muchos escritores con esos botes, destacando las marcas Rust-Oleum y Krylon, que eran las principales referentes de la época y que a día de hoy siguen vendiendo, pero sin una categoría dedicada al graffiti.
Luego llegaría la creación de las primeras marcas de spray en Europa, como Belton o Sparvar en Alemania, que si han evolucionado, teniendo líneas propias para los escritores.
Y nos movemos a España, donde el graffiti comienza entorno a los 80 y los primeros escritores, con Muelle a la cabeza, encuentran los primeros botes de pintura. Las primeras marcas que lo ofrecían era Novelty, Dupli Colors, llegando Spray Color un poco después.
Eran varios los problemas de estos primeros sprays, por una parte era pintura de uso doméstico (para pintar muebles principalmente); segundo, su gama cromática era muy limitada y lo principal, sus precios lo convertían en inaccesibles para la juventud de la época.
Si querían pintar, necesitaban sprays y encontraron la solución más rápida: robarlos.
La expansión del graffiti por España.
A mediados de los 80s, con el graffiti comenzando a expandirse lentamente por Madrid, Barcelona, Alicante, Murcia, Málaga, etc. las marcas que dominaban el sector eran Novelty, que envasaba sus pinturas procedentes de Italia, en un polígono de Fuenlabrada, pero que desafortunadamente desapareció a principio de los 90s.
Por otro lado estaba Spray Colors, fundada en 1981, que primero vendía bajo ese nombre y que luego paso a ser Pinty Plus Basic. Evolucionando, en 2010, a NBQ (Never Be Quiet) su línea de sprays dedicada al graffiti.
Y por último teníamos a Felton Sprays, una de las más usadas y precursora de Montana Colors, porque su director comercial de la época, Jordi Rubio, fue uno de los fundadores de Montana junto a Miquel Galea, Kapi y Moockie, estos dos últimos reconocidos escritores de Barcelona.
Era el año 1993 y antes de crear Montana Colors, Jordi ayudó a los escritores a crear la primera tienda de graffiti de España. Se llamó Game Over y estaba en Barcelona. Empezaron comercializando los sprays Felton y crearon la famosa carta RAL de 25 colores, añadidos a los 25 ya existentes.
Se unió por un lado la experiencia con el spray y el graffiti de Kapy y Moockie y por otro los conocimientos técnicos de Jordi y Miquel. Un equipo perfecto.
Montana cambia las reglas de los sprays de graffiti.
El primer bote de spray de Montana fue en tamaño de 200 ml con una gama de 60 colores y se logró lo que tantos escritores de graffiti anhelaban: buena presión, trazo limpio y capacidad de cubrición, pero sobre todo un precio excelente.
En 1995 el bote duplicaría su tamaño hasta los 400 ml y comenzaron a vender por toda Europa.
Luego llegarían las boquillas y el donut de color, para identificar los sprays. Pocos meses después, ya vendían a EEUU, Canadá, México y Argentina. Su expansión global fue imparable, tanto que en el año 2000, en Alemania surgió Montana Cans, que copió su concepto, incluso tuvo un litigio con ellos por el naming usado.
En España, la competencia de sprays para graffiti sigue creciendo, destacando la aparición reciente de dos nuevos competidores para NBQ y Montana, por un lado tenemos a AKA, de Valencia y por otro a DAY Colors, fundada en 2007 y con línea propia dedicada al graffiti.
Además, los tipos de sprays han evolucionado con el tiempo, ofreciendo ahora sprays base-agua, ideal para interiores y para aprendices, sprays de alta presión, sprays platas exclusivos o fluorescentes.
Otras marcas: Molotow, Ironlak, Kobra, etc.
Actualmente son muchas las marcas dedicadas específicamente al graffiti, así destacamos a Belton Molotow en Alemania con 4 líneas de spray, Ironlak con más de 130 colores, Sabotaz en Grecia o Clash, Scribo y Kobra, en Italia. A lo que sumamos, las nombradas anteriormente, Rust-Oleum y Krylon, usadas en EEUU, pero sin línea dedicada al graffiti.
Hasta aquí este recorrido por la historia del spray en el graffiti. Una evolución que significó una revolución en el mundo del graffiti, con la aparición de líneas de sprays dedicadas a los escritores. Pasando de ser considerados vándalos a artistas del aerosol.
Puedes ver el documental completo sobre los Sprays de Graffiti aquí.
🙏 Agradecimiento especial a «Lechuga» de Phatdiggaz por su colaboración. Aquí podéis leer su fantástico artículo sobre los sprays en España